LA LIMPIEZA Y LAS ESCOBAS DE ORO DE TOMARES
Que
el pueblo de Tomares está limpio, no creo que sea motivo para polémicas por
mucho que algunos la quieran buscar. Que
podría estar más limpio, desde luego, todo es mejorable. Que se cuestione el
otorgamiento de las “escobas de oro” a Tomares, también es fruto de buscar una
polémica donde tampoco ha lugar. Cualquiera que viaje y pueda contrastar la
limpieza de otros municipios españoles podrá corroborar que Tomares tiene un
nivel de limpieza, muy por encima de la media. Dado que estos premios se
otorgan a nivel nacional, a nadie debería sorprender que Tomares haya sido beneficiado con estos
premios.
Tema
de discursión aparte y lógico, sería “a quien se debe el optimo estado de
limpieza de nuestro pueblo”. Tomares lleva siendo muchos años referente en
cuanto a limpieza. El motivo fundamental sin ningún género de dudas, es el alto
nivel de civismo que tienen sus habitantes, a los que les preocupa la limpieza
de su pueblo. Como saben hay un refrán español que dice “que no es más pulcro
quien más limpia sino quien menos ensucia” este pueblo es alumno aventajado en
hacer valido este refrán. Así que los que buscan polémicas en el nivel de
limpieza de este pueblo no busquen defectos donde no los hay. Ni por el
contrario, no se atribuyan meritos donde no se merecen.
No
dejaré al margen a los que han gestionado la limpieza a partir del momento en
que Tomares da un salto en su situación estratégica a todos los niveles en
relación a su entorno, que alguna culpa han tenido en la actual situación. Fue
Antonia Hierro la que dio un importante salto en el modo de la gestión de la
limpieza en este pueblo, cambiando de forma importante la mentalidad existente
hasta entonces. La llegada del actual alcalde, Jose Luis Sanz, afianzó y
perfeccionó aquel modelo. El actual nivel de limpieza, insisto es más que
aceptable y muy por encima de la media. Pero, así y todo, mejorable y es el
resultado de la labor de los vecinos, apoyados por su ayuntamiento que son los primeros interesados en vivir en
un pueblo limpio.
Faustino
Tomares.
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